La administración Biden dijo el miércoles que alivió las sanciones contra las empresas que comercian con petróleo producido en Venezuela o invierten en la industria petrolera de Venenzuela en respuesta a su nuevo acuerdo para permitir elecciones libres el próximo año.
Un amplio alivio de las sanciones petroleras de EE. UU. a Venezuela no ampliará rápidamente su producción, pero podría aumentar los beneficios mediante el retorno de algunas empresas extranjeras a sus yacimientos petrolíferos y proporcionando su crudo a un conjunto más amplio de clientes que pagan en efectivo, dijeron los expertos.
El productor sudamericano de la OPEP recibió amplias exenciones de EE. UU. el miércoles, estableciendo un período de seis meses para reanimar las operaciones de petróleo y gas que han sido severamente limitadas por las sanciones y décadas de falta de inversión.
“Esto parece un amplio levantamiento de las sanciones petroleras a Venezuela, lo cual es sorprendente porque la licencia es más expansiva de lo esperado”, dijo Francisco Monaldi, experto en energía latinoamericana del Instituto Baker de la Universidad Rice.
Dando marcha atrás a las sanciones de la era Trump, los funcionarios estadounidenses emitieron licencias generales para los sectores petrolero, gasífero y minero de Venezuela en respuesta a un acuerdo entre el presidente venezolano Nicolás Maduro y la oposición del país sobre las elecciones presidenciales de 2024.
La administración del Presidente Joe Biden ha estado tratando de impulsar los flujos mundiales de petróleo para aliviar los altos precios causados por las sanciones a Rusia y por los recortes de producción de la OPEP+.
Pero es poco probable que las exportaciones totales de Venezuela compensen esos recortes mundiales si no hay una inversión sostenida, según los expertos.
La licencia petrolera exime a las empresas energéticas de todo el mundo de exigir licencias individuales o «cartas de compatibilidad» para trabajar con la petrolera estatal PDVSA.
PDVSA podría regresar rápidamente a sus mercados petroleros tradicionales y ofrecer su crudo a precios más altos, tras verse obligada a descontarlo durante años. La licencia también podría reducir las dificultades de la empresa para reunir capital, importar plataformas, reparar refinerías, avanzar en proyectos y conseguir asociaciones relevantes.
Lenta recuperación
El alivio de las sanciones autoriza la producción, venta y exportación de crudo y gas de Venezuela, al tiempo que mantiene la prohibición de hacer negocios con Rusia. Un alto funcionario de EE. UU. dijo que el alivio no cambiará las sanciones relacionadas con Irán vinculadas a Venezuela.
Los cambios allanan el camino para nuevas inversiones en el sector hasta el 18 de abril.
También se permite el pago a Venezuela por bienes o servicios relacionados con los sectores del petróleo y el gas, lo que elimina una serie de obstáculos para que PDVSA reciba dinero en efectivo por su petróleo.
Desde que Estados Unidos impuso sanciones petroleras secundarias a Venezuela en 2020, PDVSA no había podido cumplir con sus contratos de suministro a clientes en regiones desde Europa hasta Asia. Una autorización individual a Chevron Corp permitió el retorno del crudo de Venezuela a Estados Unidos este año.
Pero la autorización de seis meses es corta y la flexibilización podría revertirse si no se cumple el pacto electoral. Podría pasar más de un año para que algunas operaciones de producción y exportación ahora paralizadas tengan un impacto en los suministros mundiales.
Venezuela ha producido una media de 780.000 barriles diarios (bpd) de crudo en lo que va de año, por encima de los 716.000 bpd de 2022 del año pasado, pero aún muy por debajo del objetivo oficial para 2024 de 1,7 millones de bpd.
El país promediaba 2,4 millones de bpd antes de que comenzaran las sanciones en 2017. Sólo una plataforma de perforación está activa en el país, en comparación con más de 80 en 2014, según datos de Baker Hughes.
Los aliados de la OPEP han excluido a Venezuela de las cuotas, lo que le da margen para bombear más, pero los expertos prevén una lenta recuperación debido al deterioro de las infraestructuras de PDVSA.
Se espera que la producción crezca entre 170.000 y 200.000 bpd en los próximos dos años, impulsada por una mayor producción de las empresas conjuntas con la estadounidense Chevron, Eni, Repsol y otras compañías extranjeras, dijo Monaldi.
Inversión necesaria
Venezuela necesita una larga lista de elementos para volver a convertirse en un exportador de petróleo relevante, según los analistas, entre los que se incluyen docenas de plataformas de perforación, miles de millones de dólares en sustituciones de infraestructuras para refinerías, estaciones de flujo y mejoradores de crudo y un suministro eléctrico fiable.
Venezuela también podría inaugurar exportaciones de gas si avanzan las negociaciones autorizadas por EE. UU. con Trinidad y Tobago para proyectos conjuntos en alta mar, mientras que una parte del petróleo que actualmente va a China podría terminar en el Caribe si Maduro restablece su programa de suministro Petrocaribe.
Con las autorizaciones de EE. UU. despejando el camino para más exportaciones a EE. UU., Europa y el Caribe, Venezuela podría a corto plazo desviar más de su petróleo que actualmente va a China, dijeron los analistas.
Las exportaciones de Venezuela a China directamente y a través de centros de transbordo han caído a 437.000 bpd en lo que va de año desde los 477.000 bpd de 2022, según datos de seguimiento de buques.
Si Venezuela y China llegan a un pacto para reanudar los pagos de la deuda y ampliar los proyectos petroleros conjuntos, eso podría añadir unos 100.000 bpd adicionales de producción en el período de dos años, ampliando potencialmente las exportaciones a ese destino.
Sin embargo, se requieren inversiones sostenidas a corto y medio plazo para alcanzar nuevamente cuotas importantes de producción.
Fuente: El Economista https://www.eleconomista.com.mx/EEUU-levanta-sanciones-sobre-petroleo-y-gas-a-Venezuela-vy202310180010.html
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